jueves, 1 de noviembre de 2012

LAS PROSTIS EN LA ANTIGUA ROMA

Siempre vemos supuestas  citas de alguien famoso y su foto acompañándola  en los perfiles de nuestros amigos en el Facebook. Queda muy chic e intelectual, la mayoría son inventadas por personajes anónimos, pero al situarlas al lado de esa foto de, digamos de Einstain, le da un mayor valor a la frase.
Y como soy asiduo al uso de las nuevas tecnologías y el mal  buen uso de ellas también quiero empezar mi nuevo artículo con una cita de alguien con nombre propio, Catón el Viejo:
"es bueno que los jóvenes poseídos por la lujuria vayan a los burdeles en vez de tener que molestar a las esposas de otros hombres"

Hoy vamos al club e  invitas tú
En la época romana las jóvenes podían asegurarse su futuro con un matrimonio pactado o ser utilizadas sexualmente por otras personas.
El amor, esa invención de los enfermizos griegos a los que el Imperio Romano tuvo que poner en su sitio, era señal de ser carne de cañón para las collejas en el patio del colegio. Al fin y al cabo el matrimonio no es más que un mero contrato para unificar familias y para que los hijos nacidos en las cópulas de este negocio tuvieran un reconocimiento legal.

Hombres y mujeres  tenían sus aventuras extramaritales, pero se convertían en delito si un hombre era descubierto en la cama con una mujer con "contrato". El marido de esta mujer pillada in fraganti tenía el derecho de dar muerte a ambos o... al hombretón que osó jugar con su serpiente de un sólo ojo en la vagina equivocada corría el riesgo de ser sodomizado por una herramienta punzante y espinosa, por un buen esclavo nubio (la versión de Nacho Vidal de la época) o por el propio marido con el honor mancillado, que no se diga que no había elección en el denostado Derecho Romano.

El adulterio estaba mal visto, dependiendo de la situación, en esa especie de doble moral que los EEUU han copiado en la época actual. Dependiendo de la clase social a la que pertenecía la mujer, ya que ésta era la propiedad de su marido y el delito del adulterio era "la relación sexual entre una mujer casada y un hombre que no fuera su marido" y una patricia tenía un status que mantener, mientras que una vil mujer del pueblo llano no tenía nada de respetable. La mujer debería haber seguido el código de honor impuesto por la sociedad, "puedes ser penetrada por quien quieras, pero que no te vean",  conocido con el nombre técnico de  "virtus".
Un llavero para la gente con "virtus" elevado
 Los más pudientes tenían esclavos en su propia hacienda para satisfacer sus instintos sexuales, pero como no todo el mundo poseía una cuenta bancaria en Helvetia (oseasé, en Suiza) existía la prostitución como una profesión más.
Esta libertad sexual que se acabó con la llegada de la cristiandad, siempre censurando lo más divertido,  tenía sus contras, la enorme cantidad de hombres, mujeres y niños esclavos obligados a la prostitución sin olvidar a las mujeres libres romanas, las que se sentían obligadas por circunstancias económicas a sacarse unos denarios extra con un ligero empujón de ánimo por parte de sus propios familiares. Y los infanticidios provocados por los embarazos no deseados frutos de estas relaciones pecaminosas.
La palabra prostitución deriva de la latina "prostituere", literalmente "exhibir para la venta", me gusta usar esas palabras en latín que, como las citas de famosos en el perfil del facebook, dan un toque de superioridad intelectual  delante de tus amigos. Y los encargados de este negocio eran (y lo siguen siendo) los proxenetas. 
te voy a poner mirando a Roma(literalmente)
Y volvemos con la doble moral, estaban lapidados moralmente por el resto de la sociedad romana, la prostitución era denigrante, se comercializaba con la "infamia", es decir, con la pérdida de la buena reputación de las mujeres, pero eran los que proporcionaban el material humano para los placeres de quien tenía el dinero suficiente para ello, un comerciante más que le daba a los viciosillos lo que sus gónadas reclamaban a gritos.
Compraban a las niñas esclavas o aquellas romanas que sus familias no podían mantener y las convertían en mujeres con el arte de la conversación (labia para camelar los oídos de los clientes) y en el sexo.
Las romanas libres que ejercían la prostitución no estaban perseguidas por la ley por esta "profesión", pero: no podían casarse con un romano libre, no podían recibir herencias, no podían redactar testamento y a los ojos de los demás romanos su profesión las deshonraba. Por lo menos tenían una seguridad jurídica, aquellas mujeres que a partir del siglo I D.C habían pasado por la caja del Edil y pagado unas tasas para obtener el "Licentia Stupri".
todos los caminos llevan a Roma
Muchos pensareis que si Rajoy leyera este blog se le encendería una luz interior y se frotaría las manos al descubrir un nuevo pozo de impuestos, el pagar por follar copular con las prostitutas. En la ciudad de Roma existía un registro con 32,000 empleadas del sexo en el primer año del  siglo I. En el susodicho registro se daban los típicos datos personales: nombre, edad, lugar de nacimiento y el "nombre artístico". Pero no todas se daban de alta y evitaban pagar impuestos, trabajaban en negro o tenían una caja "B" como  hoy en día.
Las  casas de tolerancia (como dirían nuestras ancianas) crecían como hongos en los distritos del Esquilino y el Circo Máximo aunque estos hogares del lenocinio eran más bien modestas (cutres) y los más exclusivos se encontraban en el lujoso Cuarto Distrito del Monte Palatino.
Una de las muchas diferencias entre los burdeles romanos y los que podemos encontrar al borde de la N-I, N-II, N-III... de nuestros días era su identificación inmediata como local de alterne y otros placeres. Mientras hoy esos establecimientos se hacen llamar "Club Mariposas" o "Club Paradise" con rótulos de neón que invitan a entrar
Creo que es el rótulo de la Biblioteca Municipal
desconociendo la actividad principal que se lleva a cabo, en la Roma de los centuriones su identificación era fácil y sin llegar a las típicas equivocaciones de "pensaba que era una discoteca con muchas chicas fáciles". Tenían un enorme pollón falo a pie de calle que se iluminaba por las noches.
Poseían un tipo de arquitectura particular, para dar cabida a una cantidad exagerada de habitaciones,  la planta superior de la vivienda se hacía en voladizo, más habitaciones = más clientes = más dinero.
Sigo pensando que es la Biblioteca Municipal
Las empleadas solían estar en la entrada del local y dada la enorme cantidad de turistas y hombres de negocios que visitaban la capital, todo un crisol de culturas, era difícil que todo el mundo supiera latín así que las chicas aullaban como lobas llamando la atención de los potenciales clientes.  Y como bien obligaba la ley tenían que llevar una peluca rubia o llevar el pelo teñido y usar ropas que las identificara como mujeres de moral distraída.
 Ahora llega la clase de latín: lupa- loba, lupanar-donde habitan las lobas, así nos ha llegado otro sinónimo de la palabra puticlub burdel a nuestro diccionario.
Nos ponemos en la piel de este visitante que no tiene ni idea de latín y ya ha reconocido a las nobles trabajadoras del sexo por sus aullidos, pero ¿cómo hace saber sus gustos en el coito?. Todo está inventado y en las paredes del local hay enormes murales con pinturas explícitas de las posturas sexuales así que no hay necesidad de aprender idiomas en los cutre-cursillos CCC, indicas lo que deseas y pagas.
Pediré una McBurguer con patatas y uno de éstos
Y si querías estar enterado de como estaba el mercado, como si fuera el IBEX-35, te acercabas a las puertas de las habitaciones y mirabas el listado de servicios y precios al completo. Los precios rondaban los dos ases, medio jornal de un trabajador medio y lo máximo que podía ganar una mujer en cualquier otra profesión.
Nuevas monedas de Euro
Lo más caro era la "fellatio", una mamada felación, algo realmente repulsivo y seguramente por las malas condiciones higiénicas de los clientes.
Las habitaciones no eran precisamente cómodas, una cama hecha con el mismo material de la obra y cubierta con paja.
Colchón Pikolín de viscolátex
Nueva lección de latín: fornices - habitaciones  donde se practicaban los actos libidinosos con una prostituta, derivada de la palabra -fornix- que veremos más adelante y que ha derivado en nuestra querida palabra -fornicar-.
Pero no sólo se practicaba el prostitución en estos locales, existían clases de prostitutas y prostitutas con clase:

  • Prostibulae:las que trabajaban en negro, es decir, sin la licencia municipal
  • Lupae: las que hemos citado antes trabajando en esos locales tan bien decorados.
  • Noctilucae: su turno era unicamente el de noche.
  • Delicatae: si eras un futbolista famoso de la época o un empresario con mucha pasta te podías permitir fornicar con estas damas. Las Top Ten del mundillo
  • Copae: las que ejercían en unos locales llamados Caupona, un servicio rápido de comida y bebida (y dependiendo de las ofertas, un "postre" nada ordinario)
  • Fornicatrices: como hemos señalado hace un momento, la palabra -fornix- significa zona aboveda y es donde solían apostarse las mujeres de mala vida buscando clientes, bajo los puentes o edificios.
  • Pergulae: debajo de los balcones
  • Stabulae: en los mesones, un poco más de glamour que en los caupona.
  • Forariae: ejercían en los caminos rurales próximos a Roma (guía Campsa)
  • Blitidae: un nível bajo, para todos los bolsillos
  • Gallinae: las que después del acto te robaban todo, como le pasó a José Tojeiro (prespitutas)
  • Quadrantariae: aquí hemos tocado fondo. ¿Carmen de Mairena?.
  • Scorta erratica: las que hacían la calle.
  • Famosae: Las famosas que podrían salir en televisión y conocidas por todo el populacho. Practicantes de la profesión por necesidad económica o por puro placer. 
  • Bustuariae: Lo hacían encima de las lápidas y tumbas de los cementerios. Aquí los recientes viudos encontraban "consuelo".
La más famosa de la historia quizás sea Mesalina, esposa del Emperador Claudio, una mujer dada al deseo carnal que incluso tenía una habitación en un burdel para ejercer bajo el nombre de -Lysisca-. Dice la leyenda que una vez retó a la mejor prostituta de la ciudad, Escila, a : "quien puede follar  mantener más relaciones sexuales en una noche". Aceptando el reto la pobre Escila se retiró al llegar al número 25, mientras Mesalina no contenta con superarla al llegar a los 70 continuó toda la noche hasta llegar los 200. Me recuerda un poco a las bajas no contabilizadas por Simo Häyhä, son rumores sin confirmar.

Aún queda un lugar que reseñar, los Statio Cunnulingiorum, lugares donde los prostitutos practicaban el sexo oral a las acaudaladas mujeres que se lo podían
Norauto: revisión de filtros y aceite
permitir, una práctica que los hombres romanos libres les originaba arcadas. También las mujeres tenían su mercado, como he citado ahora mismo, los gladiadores y atletas estaban muy reclamados por las féminas acomodadas, por una cantidad desorbitada se podían pasar una noche con uno de estos muchachos e incluso sudados después de una árdua competición.

Señal de tráfico indicando la dirección hacia la Biblioteca Municipal
Y finalizo mi artículo de hoy con una buena clase de latín (que odiaba en mi etapa de Instituto) y cambiando los muertos de mis anteriores entradas por vivos muy felices.

4 comentarios:

  1. me gusto mucho el articulo.. queria saber porque las romanas aullaban como lobas...me entere mucho mas que eso! y con mucha onda!!!

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  2. Para eso está hecho este blog, un poco de (h)istoria y otro poco de humor

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  3. Muy buen relato. Enhorabuena por compartir estas historias.

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