Año 1937, Lakehurst, Nueva Jersey, lo que debía ser una demostración
de poder de la Alemania nazi se convierte en una catástrofe de cojones terrible
cuando el dirigible Hindenburg se incendia lleno de hidrógeno, gas al que como
mires mal dos veces arde, y se precipita sobre la multitud.
El LZ 129 Hindenburg
medía más de 240 metros de largo y 41 metros de diámetro y podría presumirse
que su forma fálica obedecía al estándar alemán de la época… Pues tardó 40 segundos en arder y le costó la
vida a 36 personas… Tan grande y tan inútil. Su accidente paró en seco el
desarrollo de los dirigibles.
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