Corre tal día como hoy de 1582 y un aburrido papa, Gregorino
XIII para ser más exactos, y que al no disfrutar de facebook, ni twitter, ni
polladas innovaciones por el estilo decide cargarse el calendario juliano y
poner el actual y por el que todos nos guiamos para las vacaciones.
El resultado, el
calendario gregoriano, (la imaginación al poder, si señor) que se cargo de
golpe y plumazo al anterior calendario, modificado del romano por el sempiterno
Julio Cesar, de ahí el nombre de Juliano. Este calendario comenzaba en Marzo
(Martium) y acababa el 30 de febrero (Februárium) y aguanto “en nomina” nada
menos que 1538 años, hasta que al mentado papa le dio la gana de cambiarlo, según
él, para ajustar desfases astrales…
Como curiosidad decir
que el primer año juliano duro 445 días para corregir los las corruptelas
desfases del anterior calendario romano
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