El malvado de malvados y a su vez presidente de los Estados
Unidos Richard Nixon acuerda con su “amigo” y homologo de Japón Ultraman Eisaku
Sato la devolución a los japoneses de la isla de Okinawa en poder americano
desde la segunda guerra mundial.
Con todo los Yankees
lograron mantener en esa isla su famosa base naval aunque sin armas nucleares
por allí sueltas a petición del pueblo japonés, se ve que le cogieron miedo al
asunto lo cual es algo normal viendo la de bichos gigantes mutantes que se
inventaron desde entonces… Corría tal día como hoy de 1969
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