sábado, 22 de febrero de 2014

ALVIN YORK, EL PACIFISTA CABREADO

De todos es conocido el afán casi enfermizo de los EEUU de encontrar una excusa demierda perfecta para  poder enviar a sus queridos G.I Joe a pelear en cualquier rincón de este planeta. Pero no siempre fue así ni siempre sus combativos soldados fueron los poderosos Power Ranger que hoy vemos por las noticias de la televisión repartiendo muerte amor por el mundo adelante.
También los Power Ranger tienen que pagar la hipoteca haciendo cualquier cosa

Con el estallido de la I Guerra Mundial, los soldados europeos se acostumbraron a comer barro, ratas, pulgas, a escuchar el dulce sonido de la artillería durante horas y a clavar sus bayonetas en el cuerpo de algún enemigo despistado, así durante 3 años seguidos, zurrándose de lo lindo y con ganas de carne fresca. Ésta carne fresca llegó en el año 1917 en forma de bisoñas tropas de los EEUU, con la única experiencia militar de perseguir al ejército de Pancho Villa por la frontera mejicana y en las llamadas "Guerras Bananeras": pelearse con granjeros hondureños o dominicanos para enseñarles que las empresas norteamericanas eran los amos absolutos de las plantaciones de bananas en sus países y que podían frotar sus falos en las caras de los campesinos cuando quisieran.
"Las guerra bananeras y sus daños colaterales"
 Con esta mierda impresionante curriculum militar no era de extrañar que los soldados alemanes sufrieran una enorme erección al saber que sufrirían un ataque por parte de estas tropas cualquier mañana de domingo:
- "Oye Hans, hace un rato que 200 soldados yankies nos están atacando"
- "Bueno Herman, cuando acabe de comer esta salchicha y beber 2 litros de cerveza llamamos a Frederick y entre los 3 les damos una paliza".
Así es como miraban los alemanes a los soldados americanos
 Pero siempre hay excepciones a la regla, alguien que rompe los moldes de lo establecido y que se merece un artículo en este blog. Y hoy nos centraremos en el perfecto ejemplo de la contradicción hecha persona: Alvin York, capaz de renunciar al uso de la violencia por sus creencias religiosas, pero a la par al que no le temblaba el pulso para enviarle a su Dios un buen racimo de almas germanas agurejeadas por su fusil, emulando a nuestro querido Simo Hayha


Este angelito venido del cielo nació en una atomarporculo apartada granja en lo más profundo de Tennessee y con otros 10 hermanos se crió al más puro estilo "redneck" American Way of Life: matando animales varios, arando los terruños de su propiedad, peleándose con sus vecinos por los límites de las fincas, destilando alcohol para emborracharse e iniciar una pelea familiar, intentar follarse mantener relaciones sexuales con sus primas y beber en el bar del pueblo hasta emborracharse (y pelearse con todo aquel que lo mirara aviesamente).

Sí, aquí tenemos a un primo de Alvin York


En este caldo de cultivo de gañanes creció el bueno de Alvin, demostrando sus dotes de experto cazador de alimañas con un viejo fusil y de peleador nato en sus distintas variantes de borrachera, pero en una mala tarde de alcohol de garrafón su mejor amigo encontró a otro redneck más badass que él   que lo mandó a dormir para siempre en una caja de pino.
Supuso un grave shock en su vida y, como en toda película de Hollywood que se aprecie, decidió dar un giro de 180 grados  entregándose a los brazos de la "Church of Christ in Christian Union" una secta cristiana de lo más fundamentalista divertida, prohibiendo actividades tan demoniacas como: beber, bailar, ir al cine, nadar, maldecir, pelearse u otras actividades de índole violenta.
Así pasará el tiempo rezando, realizando obras de caridad, besando a los árboles como si fuera un personaje azul de "Avatar", tocando la guitarra los domingos en la Iglesia, cantando las alabanzas del Señor y evitando todo aquello que le recordara a su vida pasada.
El nuevo y aburrido formal Alvin York

                                              Y ahora un poco de Tocho-(H)istoria:
Mientras Alvin York rezaba tanto y frotaba su falo con su esposa (otra seguidora de su congregación religiosa), en la vieja Europa estalla una de tantas guerras entre vecinos mal avenidos en el año 1914, y en esa vorágine de insultos y golpes a mala fé, el  gobierno de los EEUU pensó que era mejor no meterse en problemas y que la idea de quedarse en casa, encender el Facebook, ver alguna película en DVD y cenar algo ligero era el mejor plan posible. Como comenté al principio de este maravilloso artículo, los EEUU no deseaban (por aquellos lejanos años) conquistar proteger al mundo entero como nos tienen acostumbrados a día de hoy.
Pero corre el año 1917 y cambian de opinión por un pequeño malentendido ocurrido 2 años a causa del peculiar sentido del humor germano: un submarino alemán, lleno de divertidos bromistas, le mete un torpedo porelculo en toda la línea de flotación a un enorme trasatlántico americano y lo hunde. El aburrido plan de quedarse en casa se trastoca y se une al evento de Facebook  llamado "I Guerra Mundial".
El  capitán del submarino momentos antes de tomar la decisión de torpedear el trasatlántico

                                                             Fin del Tocho-(H)istoria

En fin, llaman a filas a nuestro querido hombre de paz, que no tuvo más remedio de asistir al alistamiento militar ya que las autoridades no reconocían a su secta cristiana como una religión seria a tomar en cuenta y prosigue pensando que la violencia generada en este malvado mundo es contrario a los designios de Dios.
En su período de instrucción se pasa horas enfrascado en contínuas discusiones con sus superiores sobre actricesporno los pasajes de la Biblia que justificaran el repartir hostias bofetadas en esa puta cruel guerra. Sus superiores conocían de sobra sus buenas dotes como tirador y no querían desperdiciar ese portento en aras de la paz y otras tonterías dignas de un hippie fumado.
 Estas conversaciones dan, por fin, su fruto: llegó a la conclusión de que Dios era un chico sabio, que aquella guerra era otra posibilidad que se le brindaba para demostrarle su amor y que conocer un poco de mundo, alejado de su apestoso querido pueblo, era una buena oportunidad.
"¡Qué bien me sienta el uniforme, con él voy a follar predicar por Europa!"

Con las pilas cargadas embarca rumbo a Europa, con la firme convicción de que solo mataría en un caso muy extreeeeeeeeemo al alemán que no supiera apreciar la hermosa guerra que Dios había preparado para toda la humanidad.
Y llegamos al comienzo de este post, con Hans y Herman hastiados de matar británicos, franceses, belgas, rusos, rumanos y otros incautos europeos.
"¿Soldados americanos?,¿Dónde? Qué me los como a pellizcos!!"

Es el 8 de Octubre de 1918 y el bueno de Alvin se encuentra en un pueblo francés con su batallón, decididos a enseñarles a esos alemanes que una McRoyal Deluxe con patatas y bebida grande es mucho mejor que una enorme Bratwurst acompañada de cerveza y de paso tomar un asqueroso importante nudo ferroviario. Pero su ímpetu se ve frenada por los contínuos disparos de ametralladora provenientes de unas colinas cercanas. El cabo Alvin con otros 16 soldados y al mando de un sargento reciben la misión de silenciar aquellas ametralladoras por las malas.
No entiendo porque a los alemanes les gustan tanto las bratwurst

Gracias a la pericia de su jefe interpretando un mapa en francés, consiguen perderse llegar por sorpresa al puesto principal del enemigo y toman prisioneros a unos infelices alemanes mientras chateaban con sus novias alardeando de su inmensa polla valentía en el campo de batalla.
Pero ahora todas las ametralladoras se fijan en ese grupo infiltrado de americanos y les disparan con tanta alegría que impactan 17 veces en el sargento y matan a  6 soldados. Ahora tenemos al cabo York al mando de los supervivientes, con unos prisioneros maleducados y con sus compañeros (rabiosos de envidia por el inmenso tamaño del falo de Alvin) disparándole sin parar.
Y aquí empieza el mito y la mala baba que puede llegar a alcanzar un hombre entregado a la paz. Alvin York decide dejar a cargo de los prisioneros al resto de sus camaradas vivos mientras él tiene que ajustar cuentas con unos atractivos muchachos del norte de Europa.
Recordando sus andanzas como cazador de pavos consigue ir matando uno a uno a los alemanes que intentaban darle su ración de plomo. Se movía cual culebra sibelina, cambiando de posición y reventando la cabeza a los germanos, con la ventaja que se le ofrecía un blanco más grande que aquellos pavos salvajes de Tennessee. Uno a uno los alemanes caían abatidos por aquel fanático del amor mundial entre los seres humanos, hasta que Hans, Herman junto a otros 4 cabreados alemanes salen de sus trincheras con la bayonetas caladas en sus fusiles y con ganas de metérsela por el culo alma a nuestro amado Alvin.
Éste se encontraba bajo de munición de fusil (con el que estaba enviando a los alemanes al Cielo de los germanos amorosos), así que cogió su pistola, apuntó y esperó a que se abalanzaran hacia sus fornidos brazos de granjero.
No tengo que contar que todos acabaron besando el barro francés, para Alvin no eran más que ardillas gigantes corriendo hacia él gritando en un extraño idioma, blancos fáciles para su pericia como tirador.
Viendo el desolador panorama que se le presentaba, un oficial alemán le propuso un trato ventajoso:
"Nos rendimos a cambio de que dejes de matarnos (sucio americano del carajo demonio)", una propuesta a la que no se podía negar ya que su religión le prohibía seguir masacrado a  aquellos atractivos e inocentes teutones.
Después de la refriega quedaban tendidos (para siempre) 28 alemanes en el barro francés, se rindieron 132 ante el inmenso poder fálico de nuestro héroe y su grupo de supervivientes pudieron regresar a su unidad con la sonrisa del ganador dibujada en la cara.
Alvin York nunca se mostró orgulloso de su hazaña, ni siquiera cuando el Gobierno de los EEUU quiso sacar provecho de esta acción usando el argumento de que el granjero de Tennessee se encargó, él solito, de batir a todos aquellos alemanes malos y hacer prisioneros a los demás, sin ayuda y con una mano atada a la espalda. Ignorando de esa forma tan ruín a los demás soldados que se encontraban codo con codo en aquel mugriento bonito bosque.
Incluso se realizó una película sobre el tema, con el atractivo y varonil Gary Cooper interpretando el papel del aguerrido Alvin: una película hecha para ensalzar al hombre patrio, al hombre que ama su tierra y que no quiere pelear sin una poderosa razón y representaba a todos aquellos que no deseaban que su polla falo  acabara siendo pasto de los gusanos en un bosque perdido de la mano de Dios.


"Alvin York PowerRanger, pídetelo para tu cumpleaños!!!"



Sí, Alvin York se hizo muy famoso en su país, tanto que le permitió reunir el suficiente dinero para construir un instituto para ayudar a los muchachos de su comarca a labrarse un mejor futuro alejados del alcohol, las putas mujeres de mala vida y las peleas de bar. Aprendiendo las lecciones sobre los beneficios que pueden aportar los avances tecnológicos en su periplo europeo, quiso que las próximas generaciones de su tierra dejaran de matar ardillas para poder llevarse algo a la boca y se pusieran a estudiar las nuevas corrientes que traía el progreso.
Instituto patrocinado por el Ejército Alemán

Después tuvo una breve aventura en el jodido peculiar mundo de la política, pero no era lo mismo lidiar entre las trincheras entre muchachotes germanos ávidos de carne fresca que entre el putrefacto mundillo de los senadores bien pagados y acomodados.
Y así acaba este relato que nos ayudará, desde este día, a no volver a molestar a los pacifistas con palabras tipo: "abrazaflores", "cobarde", "llorón", "nenaza", "maricóndemierda" y otras lindezas, no vaya a ser el caso que nos topemos con un descendiente de Alvin y nos meta un par de cartuchos de fusil por el culo ano.

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